viernes, 30 de noviembre de 2007

Mini reportaje: Ignacio Acevedo y Noelia Oliva

¿Qué sería de toda película sin una buena iluminación? En Recortadas, contamos con el ojo y la buena predisposición de la dupla Noelía-Nacho, quienes dijeron lo siguiente.

¿Cómo llegaron a la película?
Nacho: Yo a través de Mauro, el camarógrafo.
Noelia: Yo, a través de Nacho.

¿Son fanáticos del género?
Noelia: No.
Nacho: Yo sí. Me encantan El exorcista y Al final de la escalera.

Cuentenme sobre la fotografía en Recortadas.
Noelia: En realidad, cuando nos llegó el guión, nos juntamos a leerlo, a imaginar el clima. Queríamos usar luces puntuales, darle un clima íntimo, jugar con las diferentes temperaturas colores. Después comenzamos a amoldar lo que habíamos imaginado a las cosas que teníamos y podíamos conseguir. Es parte técnica de la película como muchas otras. Por eso la estamos filmando a pulmón y con lo que tenemos.

¿Con qué cámaras están trabajando?
Nacho: Con una Panasonic. Lo que tiene de bueno es que va a 25 (cuadros) progresivos reales. Eso le da una mayor calidad y una imagen más cinematográfica.

¿Qué podemos esperar de Recortadas?
Noelia: Una excelente luz (risas).

jueves, 29 de noviembre de 2007

Feliz domingo (para los Recortados)

Domingo 25 de noviembre.
Me despierto en mitad de un mediodía soleado y caluroso, con pajaritos cantando en las copas de los árboles.
El equipo de Recortadas ya está con los preparativos de las escenas a filmarse. Hay un poco de bronca por parte de la mayoría, ya que la escena nocturna clave no pudo filmarse porque amaneció demasiado pronto.
En el claro donde pocas horas atrás se formó un clima de fogón, una mesa con cuatro platos. Ahí se sentarán los personajes de July, Laly, Diego (Alberto Ajaka) y Guido (Patricio Arellano).
Junto al horno de barro, Daniel y el siempre atento Marcelo “Chelo” Diez, el electricista, juntan madera para encender un fuego. Hoy almorzaremos choripan.


Levy y Ajaka, sentados a la mesa. De fondo, el equipo.

Caminando entre equipo y actores me reencuentro con Rolando Dumas, el actor que supo trabajar con Niní Marshall, Lolita Torres y Mamie Van Doren. Vale destacar su vestimenta: . camisa blanca, pantalón de vestir blanco, botas texanas. Otra que Don Johnson. Me entero que también es instructor de tiro en el Tiro Federal Argentino. De hecho, esta vez vino para aportar una parte de su armamento: una pistola 9mm y una escopeta Winchester calibre 22 con mira telescópica. “Un deporte muy lindo, el tiro”, confiesa. “Mucha gente dice que mata. Pero también mata la esgrima y el boxeo y el tae-kwon-do”.
De golpe recuerda que no debió haber venido, ya que había quedado muy molesto con el director. Igual, por suerte, se quedó por el resto de la jornada.
Nancy está a full maquillando a los actores. Arellano caza la guitarra de Marina y se pone a tocar y a cantar. Es muy bueno. Se nota que sabe. Es más: es coach del oficial Fabián Schulz en Cantando por un sueño.
Por su laptop, Fede nos muestra el trailer de Padre, un unitario que está preparando. Al parecer, es una historia dramática, que muestra el lado sensible de Mr. Sande.
Nancy y Flor terminan de caracterizar a Levy. “Parecés una bataclana”, le dice doña Mirtha, al verla con ropas tan llamativas.
Siempre por su laptop, Fede pone música de Bob Marley. Suena “One love”.


13:28.
Se filman planos de la llegada de los jóvenes personajes a la casa de campo, y el recibimiento por parte de Doña Elisa. Las tomas se realizan usando dos cámaras, una manipulada por Mauro, y la otra, por Nacho.
Ahora sí, a almorzar choripan.


14:43.
Ahora toca filmar las escenas que marcan un quiebre en el tono de la película. Sólo les diré que comienza con los jóvenes sentados a la mesa ya mencionada y comiendo ensaladas traídas por Doña Elisa. Como habrá mucho diálogo, los actores pasan la letra varias veces.

Chaco y Arellano, listos para filmar.

Daniela Kronenberg cuenta anécdotas suyas con amigas en la Costa. “Ellas van de levante. Yo juego en la arena”.
A filmar.
Se tiran varias tomas de cada plano, incluso de uno en particular, del que no voy a dar detalles.
“Listo, nos fuimos”, dice De Caro.
Son las 17:00 pasadas.

Al despedirme de Rolando, le pregunto si se irá a tirar unos tiritos. "Por supuesto", me dijo. "Voy al Tiro Federal y gatillo un poco". No captó el doble sentido.


martes, 27 de noviembre de 2007

Todos en la madrugada

Sábado 24 de noviembre. Toca filmar en un campo ubicado en las afueras de La Plata, durante la noche-madrugada de hoy y el día de mañana. Por lo tanto, la mayoría del equipo sale para allá en auto a eso de las 17 hs.
Un servidor va un poco más tarde —a eso de las 19:30—,con Caserta y Susana Conti, la actriz que interpreta a Doña Elisa, un personaje importante en la historia, al punto que no puedo contar mucho al respecto, excepto que parece una dulce abuelita.
Este fin de semana tampoco podremos contar con Laura (Sigue en el Festival de Cine de San Luis) pero tampoco con Flora, quien debe estudiar para exámenes. Seguro le irá bien.
Durante el trayecto, Oscar, el chofer del auto y amigo del padre del productor, cuenta que de chico quiso ser actor, pero la vida lo llevó por otro camino. Pero supo tener una oportunidad dorada. “Mi tío era Tino Pascalli”, cuenta, refiriéndose a aquel actor alto, pelado y co cara de bueno que brilló en Los Campanelli y en La Tuerca. “Murió el año pasado, pobre”.

20:40.
Luego de atravesar toda La Plata y de hacer kilómetros de campo, llegamos a la locación: una casa en medio de la nada, dentro de La Armonía, una colonia atestada de invernaderos.
Ciertamente, es una casa bien de campo, perteneciente a Daniel (una mezcla de Horacio Guaraní con Argentino Luna) y a Mirtha, tíos de Eugenia.

El siniestro garaje

A pesar de que ya es de noche y si no fuera por el mini pan encendido estaríamos a oscuras, pueden apreciarse un garaje rústico, criadero de conejos, hornos de barro, pieles de conejo colgando de ganchos (¡!) y un tractor que formará parte de una de las escenas a rodarse. Es más: un grupo de los hombres debemos mover el vehículo para cuando sea la hora de filmar.




Simpáticos conejitos.


En uno de los árboles ubicados a los costados del sendero que lleva a la casa, una hamaca yace encadenada a una rama. Se encuentra casi en la penumbra y por momento uno no puede verla. Como Daniela Kronenberg, quien venía caminando tranquila y se la llevó puesta en la cabeza. Tan fuerte resultó el impacto, que se dejó caer en el pasto. Alguien le trae una bolsa con hielo. Pero lejos de retorcerse de dolor, Daniela ríe y bromea. “mañana me va a salir un chichón gigante”, dice.


21:46.
Los directores de fotografía y Chelo, el eléctrico, disponen luces y cables por el terreno. Nacho trata de colgar un fresnel de una rama a como cuatro metros de alto. Sube a una escalera, sostenida por casi todos los demás. A pesar de los varios intentos, no lo logra. Checha lo reemplaza, pero tampoco hay caso. Se recurrirá a un trípode.
Eugenia reparte hamburguesas en pan, que bebemos con jugo. Muy rico.


22: 15.
De Caro, Checha y Alejandro “Pompeyo” Zanga salen a filmar una escena de ruta en el coche de Oscar. Los acompañan Mauro con la cámara.
En tanto, el resto del equipo sigue preparando las luces para las escenas a filmarse en los alrededores de la casa. Es preciso meterle. Según Eugenia: “A las 5 AM amanece, y AMANECE. Se pone todo claro”.
Por lo pronto, es re de noche, hace cada vez más frío y la luna llena hace pensar en la leyenda del lobizón.


Más tarde.
En un claro al costado de la casa se realiza un fogón, pero sin fogón (¿?). Marina, Flor Molinari, Nancy y los chicos de Studio FX Gonzalo y Sabrina, y un servidor nos sentamos a escuchar tocar la guitarra a la directora de arte, al tiempo que bebemos vino tinto. Se genera un muy lindo ambiente. Luego Nancy y Flor salen a preparar a Susana, pero son reemplazadas por los regresados De Caro y por Checha, quien caza la guitarra y arremete con un estupendo repertorio: Los Beatles, Paralamas, tnagos varios, “La isla del sol”, un divertido gato de los Les Luthiers y hasta canciones collas. De Caro ríe y le pide un tema tras otro.
Acaban de llegar Sebastián, Chaco y Mariana, quienes no tardan en sumarse al no-fogón. Muy simpática la capucha del buzo de Levy: lleva dos cuernitos que uno se tienta de agarrar.
En el otro sector, la producción viene atrasada porque uno de los reflectores no funca. ¿Se habrá roto?


Medianoche.
Se filman planos de Pompeyo llegando con el auto. Salen bien.
Gonzalo y Sabrina preparan una cabeza con un agujero en medio de la cara. Al lado, un torno de maniquí y un envase con sangre falsa. Queda claro que la escena que involucrará estos elementos no será romántica.


Minutos después, se filman planos de Pompeyo llegando a la casa y encontrándose con Doña Elisa. Antes de tirar tomas desde distintos ángulos, Mirtha sale de la casa diciendo: “Vamos a ver a Doña Luisa (sic)”.
Decisión de último momento. Una de las escenas a filmarse requiere de dos patovicas, pero sólo se cuenta con uno (Mariano Espinosa, encargado del backstage). Como segundo patova queda designado Sebastián Fernández, culpable del site. “De acá me vo ya Hollywood”, bromea. “Hago Rambo VII”.
De Caro y Gonzalo hablan del plano que se filmará en minutos: un detalle de un brazo de maniquí siendo incinerado por un soplete. Contarles más de la escena sería un pecado.
“Si mi esposa me hace un mate estaría feliz”, dice De Caro mirando a Flor (aclaro por si acaso: no es la esposa).
Diego fotografía el brazo falso. Gonzalo prueba el soplete. Da impresión.
“Esta es la escena en la que volamos el tractor”, dice Javi. Los dueños de casa (y del tractor) ríen.




El tractor en cuestión.

Lo del brazo se filma en una sola toma. El resultado es aterrador.
A continuación, un plano tampoco demasiado menos light: una cabeza siendo incinerada.
Son las 02:12. ¡Hace muuucho frío!
“Listo, vamos a hacer Ghost Rider”, dice De Caro, frente al monitor.
Sonido, cámara, acción... Y, en uno de los momentos más memorables de la noche y seguramente del rodaje, la cabeza de telgopor queda rostizada. Tan impresionante fue, ue todo el equipo vuelve a ver la toma.
“¡Cómo pueden filmar estás cosas!”, comenta Daniel.


Quedan menos horas de oscuridad. Hay que filmar rápido. El equipo trabaja a full. Llegan Mariano y Fede con dos de los acotres, entre ellos, Patricio Arellano. Ambos quedan en manos de Nancy y de Flor. Chaco y Levy duermen.
El frío es demasiado. Algunos permanecemos dentro de la casa, comiendo bizcochuelo y bebiendo café o mate.
Zanga y Arellano pasan la letra. Les toca filmar una de las escenas más intensas de la película.


04:00 pasadas.
El equipo, casi listo para filmar.
Un servidor se cae de sueño y de frío. Tras quedarme dormido en un sillón, voy al cuarto en donde la mayoría reposará en bolsas de dormir. Marina ya está acostada en un sillón y cubierta por una frazada.
Me ubico sobre una sillas, como los niños que se duermen en las fiestas. Se me cierran los ojos. Los ruidos del equipo se oyen lejanos...

lunes, 26 de noviembre de 2007

Postales de rodaje

Algunos fotos que testimonian el rodaje del viernes 23 de noviembre, en La Plata.

Nancy maquillando a Levy.

La impresionante fachada de una de las residencias clave del film.
Según el equipo, la descurbieron por casualidad.

De Caro da las últimas indicaciones al dúo protagónico.


Daniela Kronenberg, nuestra nuenca bien ponderada
claquetista, saluda con una mano borrosa.

Iluminando la escena.

sábado, 24 de noviembre de 2007

¿Mal clima?


Hacer cine no es un “viva la pepa”. Y cine independiente, tampoco.
El sábado, luego de filmar las escenas de Laly y Medio Ramos, el equipo de Recortadas debatió sobre la conveniencia de filmar al día siguiente la mayoría de las escenas de ruta. Sucede que la acción de la película transcurre en un mismo día, y el clima es demasiado impredecible: dentro de un mismo rango horario llueve, se pone fresco, para de llover, sale el sol, sube la temperatura, vuelve a llover 8ª veces con sol y todo), y así todo el tiempo. Eso es lo que pasó el último fin de semana.
Algunos miembros del equipo optaban por salir a filmar igual. Otros creían más conveniente suspender la jornada y pasarla para el miércoles, con un equipo reducido. Pero el miércoles, como los demás días de la semana, resulta un día complicado para la mayoría. La discusión se torna áspera. Alguien grita: “Hay que poner huevo. Es una película independiente, hecha bien a pulmón y más que nunca todos tenemos que tirar para el mismo lado”.
Al final se decide esperar hasta la mañana del domingo, para chequear cómo estará el clima. Una decisión que tampoco convence del todo. De todas maneras, la onda entre los Recortados nunca deja de ser la mejor.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Policías en acción


La película Filmatrón, el opus mágnum de Farsa Producciones, mostraba un futuro totalitario en donde está prohibido realizar films de género. Quienes osaban infligir la ley eran atrapados como criminales y desaparecidos del sistema.
“Es sólo una película”, pensaba un servidor... hasta el sábado pasado.

El trayecto del locutorio a la casa de los padres de Eugenia también se hace en autos. Nuevamente viajo con Sebastián y con Daniela, nuevamente suenan Los Cafres.
Otra vez viajamos como caravana, un vehículo detrás del otro a través de calles demasiado angostas, principalmente debido a los autos estacionados junto a las veredas.
De pronto advierto la presencia de un patrullero, que no tarda en colarse entre nosotros y el auto siguiente, donde, entre otros, viaja De Caro.
“No nos irán a detener”, me dije, más en broma que en serio.
Pero faltando pocos metros para llegar a nuestro destino, veo tres patrullas más, oficiales en bicicleta (¿?) y hasta dos camionetas policiales. Miro al cielo, por si también bajan helicópteros. Los canas, excitados, gritan, se mueven con rapidez, como si acabaran de desbaratar a una red de narcotráfico.
Una multitud alrededor del auto de Checha. Al bajarnos del auto y acercarnos al gentío, descubrimos que varios oficiales cachean a Nacho, a Noelia y a Fede. Al pobre Checha —¡Checha, el tipo más bueno, humilde y de perfil bajísimo!— lo registran igual que registrarían al mismísimo Bin Ladem. Otro oficial abre el baúl del auto y saca unas cuantas valijas. Tal vez espera descubrir kilos de pastillas de éxtasis, una bomba nuclear o los restos de Julio López, pero sólo encontrará micrófonos, cables y consolas.
A unos metros, Caserta le habla a un oficial con cara de bulldog, pero lo hace levantando la voz y el tipo se le acerca para pedirle que baje el tono, y hasta amaga con desenfundar.

“Mirá la mina”, dice Rulo, y me fijo en la única oficial mujer del grupo. Alta, bien provista de adelante. Casi dan ganas de pararse frente a ella y gritar: “¡Yo maté a Norita y a María Martha!”.
Tras un intercambio de palabras con el que parece ser el comisario, dejan de registrar a los nuestros. Queda claro que fue un gran malentendido. Ver varios autos andando muy juntos les había parecido sospechoso. (Al parecer, en La Plata no deben tener mucha acción).
Un servidor piensa: “Después de todo, la vida real todavía no se parece tanto a Filmatrón”.
Tras el saludo y las disculpas correspondientes por parte de los policías, los Recortados entramos en la casa de los padres de Eugenia. Ahí nos ponemos a bromear sobre el reciente episodio. A Checha se lo nota bien, pero en el fondo debe haber quedado algo nervioso. Un grande, Checha.
No se vayan, que falta el comentario de Rulo.
“En vez de Recortadas”, dice, “la película debería llamarse... Ahora no me acuerdo”.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Rodando en La Plata

Sábado 17 de noviembre. La de hoy será una jornada de rodaje muy particular. Para empezar, el equipo de Recortadas debe regresar a La Plata, donde se filmaron varias escenas al comienzo del rodaje. Para aprovechar la luz del día, es preciso salir temprano.
BIEN TEMPRANO.
Si bien Laura no estará con nosotros este fin de semana, debemos reunirnos en su apartamento, ¡a las 5 AM! Por eso casi todos los integrantes del equipo que vivimos en la Zona Sur —Sebastián Fernández, Daniela Kronenberg y un servidor— viajamos en el auto del muchacho. En las calles, grupos de pibes en dirección a boliches o tomando cerveza en esquinas, y, ya en Capital, prostitutas en casi cada esquina. Todavía es de noche.
Llegamos bien. En la puerta, dos de los eléctricos. Entre ellos, Fede, quien parece venir de pasarla muy bien. “Perdí a Nacho en el camino”, logra decir.


Ya dentro del apartamento, Flora se encarga de atendernos. Al verla con el cigarrillo entre los dedos noto que tiembla. Menuda presión la que siente: durante este finde debe reemplazar a su inseparable Laura por primera vez en lo que va del rodaje. Pero es muy inteligente y resuelta, y lo hará muy bien.
Vale detenerse en las características del depto. Compacs de grandes bandas como The Cure, Bowie, The Flaming Lips. Posters relacionados con el cine (destaca uno de El ataque de la mujer gigante, semi clásico de los '50), y cuadros de Los Beatles. Hay fotos y posters hasta en el baño: los más llamativos muestran al futbolista David Beckham y a los Rompebodas Vince Vaughn y Owen Wilson en una foto de la revista Rolling Stone. En definitiva, un excelente gusto el de Laura (bueno, salvo por lo de Beckham, pero allá ella).
Va llegando el resto del equipo —entre ellos, Nacho, cuya ausencia preocupaba a algunos— y las actrices: Mariana, Chaco y Soelí, quien interpretará a la madre de Laly. Algunos bebemos té. Otros, el mate “tipo botellita” de Javi Facciuto. Sí, estamos todos medio dormidos, pero entusiasmados. De Caro bebe Speed, tal vez para cargar energías, ya que, al igual que la mayoría, viene de no dormir.
Faltando cinco minutos para las 6, partimos. Vamos en coches (cuatro en total), y en clave de caravana. Yo sigo viajando con Sebastián y con Daniela. Amanece.


Unos cuantos minutos después.
Vamos por la ruta. Sebastián y Daniela hablan de lo bueno que es salir con amigos, pero también del o lindo que sería estar de novio. “Alguien a quién llamar para saber cómo anda, alguien con quien ir al cine...”, confiesa el responsable del site.
A los costados, los edificios y casas comienzan ser reemplazados por pasto largo y árboles. Por entre las nubes (igualitas a puré que flota, como diría el gordo Casero) se filtran gruesos rayos de sol.
Una linda postal. Por el equipo de audio del auto suenan Los Cafres.


06:19.
Llegamos a La Plata.
Paramos en una estación de servicio, donde la mayoría aprovecha para abastecer los vehículos, estirar la piernas y hablar sobre las escenas a filmarse. Algunos compran café.
“Sigamos”, dice De Caro, quien luce una muy piola remera de Hellboy.
Quien escribe estas líneas no conoce mucho de La Plata, por lo que, durante la siguiente media hora, no deja de mirar por la ventanilla. Todavía es muy temprano, por lo que no hay nada demasiado llamativo. Eso sí. Muchas casas recuerdan a barrios de Banfield. Kronenberg, la banfileña del grupo, está totalmente de acuerdo.


A las 7 y minutos llegamos al locutorio, escenario de las primeras escenas que se filmarán. Nos recibe Eugenia Talice, productora y responsable de conseguir locaciones en tierras platenses.
Al comienzo de este post dije que era un día muy particular. El otro motivo de tanta particularidad es la de mi colaboración delante de cámara. Me toca interpretar a un nerd que chatea con el personaje de Laly. Justamente, es lo primero que se rodará.
Nacho, Noelia Oliva, Fede y el otro eléctrico se encargan de las luces. Marina, la directora de arte, quita algunos afiches para reemplazarlos por otros. No debe colarse ningún chivo. Flor Molinari, la vestuarista, prepara el vestuario de Chaco (Flor: ahora no vayas a decirme que sólo te describo jorobando con una peluca, jeje). En tanto, De Caro fue al kisoco de revistas ubicado a pocos metros y compró el Clarín, pensando que se publicaría una nota sobre terror argentino de la que fue partícipe. La notita no salió, pero el diario está interesante: el Suplemento Ñ vino con una interesante entrevista al grosísimo Ray Bradbury, y en la página de deportes se confirmó la negativo de Carlos Bianchi al ofrecimiento del presidente de River José María “Jabba the hutt” Aguilar.
“¿En dónde se habrán metido los hinchas de River?”, pregunta irónicamente De Caro (en Recortadas casi todos somos de Boca).
Dentro de una cabina telefónica, Nancy se encarga de maquillarme. Por mi cara y mi cuello pasa crema de limpieza, un tónico, y fijador. “Un trámite”, dice.


08:26.
Todos a sus puestos. Mauro prende la cámara; Checha, los micrófonos y consolas. De Caro grita “Acción”.
El plano mostraba a un servidor frente a una computadora, tipeando y girando la cabeza en dirección a laly. De Caro dijo que estuvo excelente... Pero la larga toma debe repetirse por un problema con la cámara. Primero se filman planos de Chaco.



Chaco (o Laly) en su puesto.

Volvemos a hacerlo mío, más otros planos en donde pago y salgo del local. Los pibes dicen que quedaron muy buenas. Aplauden.
Mientras desalojamos el locutorio, aparecen Rulo y Caserta. Un grande, Rulo, no me canso de decirlo. Fiel a su costumbre, se puso a contar chistes malos y anécdotas más que interesantes. Además, dice que quedó contento con la entreviste que le hice y posteé en este blog.

Del locutorio vamos a la casa de los padres de Eugenia. Una residencia elegante, muy cómoda, donde se filmarán las escenas de Noelia y de Soelí, quien, caracterizada, parece Moria Casán (seguro que las chicas de arte lo tuvieron en la cabeza). Menos mal que estamos dentro de un lugar: afuera se largó a llover con todo.
Entre los preparativos, equipo y actores almuerzan empanadas traídas por Caserta. “Rulo está haciendo Super size me con las empanadas”, comenta De Caro, ya que Mr. Margani tiene buen apetito. Luego ,el director se reúne con Chaco y con Soelí y explica la escena, que contendrá no poca carga dramática. Al punto que habrá muchos planos secuencias para acaparar toda la intensidad.


Soelí, Chaco y la pelada de Javi.

Qué clima más impredecible. ¡Ahora sale el sol!
Cuando el reloj marca las 13:22, arranca la filmación de la escena. Es indispensable un clima más intimista, por los miembros del equipo no involucrado en la realización debemos salir a la vereda. Desde ahí podemos escuchar las fuertes discusiones entre los personajes de Laly y su madre.
El cielo se nubló. ¿Volverá a llover?
“La lluvia nos jodió la existencia desde el primera día de rodaje”, dice Eugenia.
Termina de filmarse el dramático dueto. Aplausos para las actrices, quienes quedaron agotadas. Rulo dice: “En esta película no se actúa bien. Se actúa GENIALMENTE”.


17:30 pasadas.
Vamos rumbo al puente donde se filmarán los últimos planos de la jornada. Tengo el privilegio de viajar en el auto de Rulo, el mismo que se usó en Mundo Grúa. Por el espejo retrovisor cuelga una bolita espejada que, al pegarle el sol, produce un simpático efecto de discoteca reducida. Tras ir varias cuadras por la Av. 13, desembocamos en calles repletas de lomas de burro. Pasamos por la República de los Niños. “Nunca fui”, dice Caserta, sentado junto a Rulo. “Voy a traer a mi hijo cuando sea grande”.
Llegamos a un paraje boscoso, al costado de la ruta. El equipo se encuentra junto al punte que servirá cómo telón de fondo de la escena de turno, en la que participan Levy y Chaco. Foto y sonido están listo, ya que fueron los primeros en llegar a la locación. Algunos están preocupados porque va habiendo cada vez menos luz. De Caro putea.
Se filman varias tomas dentro de un mismo plano. Los primeros intentos quedan maso-maso, pero los siguientes funcionan.
“¡Vamos que se va la luuuz!”, grita Javi.
Planos terminados. Aplausos. Se desarma todo y cada uno para su casa, ansiosos por ducharnos y dormir un poco. Otra vez vamos en coches como caravana.
Los Sureños viajamos como antes, más Fede. “Necesitaba esto”, dice el nativo de Temperley, mientras, por la ventanilla abierta, el viento le da en la cara.
Vuelven a sonar Los Cafres.
El sol, listo para ocultarse.

Los fabulosos Steadi Boys

La Steadicam. Esa cámara tan especial, tan maravillosa, que permite maniobras como seguir a un actor y tantos otros trucos. Miles de directores la usaron (y abusaron, como Stanley Kubrik en El resplandor) para sus películas.
Durante la jornada del sábado 10/11, a eso de las 21:00, le tocó a De Caro para filmar un siniestro plano de Recortadas.
En dicho plano nos mostrará a Gonzalo en un arrebato de furia. La cámara lo tomará todo el tiempo, ¡y girando en 360º! El responsable de maniobrar tan bello aparato es el especialista Gustavo Triviño, quien llegó acompañado por un asistente muy parecido a Checha. Uno ve a Gustavo con ese armatoste, cual Robocop, y piensa: “No cualquiera puede ponerse en su lugar”.
Mientras De Caro le explica el plano y los movimientos de cámara, Javi Pedersoli está re metido en su personaje. Va de un lado para el otro, con cara de pocos amigos y repitiendo frases como: “¿Té verde?” (Esa es parte de su letra). Las actrices y el equipo ríe al principio, pero enseguida se ponen algo incómodos.
“Lo peor es que tiene un arma”, dice Javi Facciuto. “Y está cargada”.
Cuando De Caro le explica los movimientos, Pedersoli le apunta a la cabeza. Quien les escribe no puede evitar un escalofrío.
Por su parte, Mauro sigue deglutiendo las nunca bien ponderadas galletitas con formas de animalitos. “Son lo más”, aclara antes de llevarse un puñado a la boca.
Unos minutos más tarde, De Caro y casi todo el equipo técnico se encuentra frente al monitor. Antes de gritar “Acción”, el director dice: “Pedersoli, quiero ver El resplandor en esa escena. Jack Nicholson tenía tu edad cuando la hizo”.
La Toma 1 resulta un viaje de lo más intenso a lo más podrido de la mente. Locura, gritos, frases hirientes. Al terminar, es preciso llevarle agua a Pedersoli: el muchacho terminó exhausto, y todavía me quedo corto.
A De Caro le encantó. La fluidez de los movimientos de cámara, el desempeño de Javi...
Tras unos minutos para la recuperación del actor, se rueda la Toma 2, no sin que antes Nancy descorchara una botella de Colon Malbec.
Tanto la segunda como la tercera toma quedan geniales. Merecidos aplausos para Pedersoli y para Gustavo.
Al tiempo que se ruedan otros inserts, Triviño y su acompañante (¡qué feo suena así!) desarman la Steady. Casi dan ganas de saludarla hasta la próxima.


PD: les debo las fotos.

sábado, 17 de noviembre de 2007

Visitando Recortadas

Nadia en acción. No, no filmamos en una playa.
Es una foto de ella en el República Dominicana, lugar donde ahora reside.


Varias personas y amigos suelen visitar el set de Recortadas. Como la joven Nadia Noguera, quien además sacó fotos para el site. A continuación, sus impresiones del rodaje.

“Me encantó ver cómo filman, sobre todo esas escenas en donde la chica apuñala al tipo con las jeringas. ¡Muy impresionante! No suelo ir a rodajes, por lo que venir acá y verlos a ustedes trabajar con tan buena onda me pareció bárbaro. Voy a seguir volviendo y, de paso, también sacaré más fotos. Recomiendo que vengan a presenciar este rodaje. Hay muy buena onda. Y la película se verá genial”.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Minirrepo: César "Checha" Delgado


Recortadas estará compuesta por diálogos, risas, jadeos y, como corresponde, gritos. Y quién mejor que un buen director de sonido para registrarlos y llevarlos a otro nivel. En este caso, el querido “Checha”.

¿Cómo llegás a la película?
A través de Sebastián De Caro. Él trabaja con mi mujer. Se enteró de que yo era sonidista, y a la hora de convocar técnicos, vio un par de trabajos míos y me llamó. Me contó la idea, que me interesó, y contó las pautas. Al ser una película de bajo presupuesto, necesitaba saber si tenía material.
Estuve en cortometrajes, publicidades, pero nunca en un largo. Esta es la primera vez. Me gustó el desafío, ya que quería expandir mis horizontes.


¿Sos fanático del género terror y suspenso?
Sí, sí, sí. Y del bizarro, más. Yo no sé cómo va catalogar De Caro a la película, pero lo que vi hasta ahora está bárbaro. Dentro del género, será una película muy buena.

Contame cómo es el sonido en Recortadas.
Teniendo en cuenta que hay poco presupuesto, no contamos con la cantidad de materiales que hubiéramos soñado. Con lo poco que tenemos hacemos lo que se puede. Hay sonido directo, siempre. Micrófonos corbateros para los actores... En cuanto a la estética, queremos que haya un registro de voz nítido y algún que otro sonido de colchón o banda sonora. Si después quedan muchos ruidos externos, tal vez recurramos al doblaje.

¿Qué podemos esperar de Recortadas?
Va a sorprender. Hay muchas escenas jugadas que van a llamar la atención. Además, hay muy buena onda entre el equipo, y eso está bárbaro. Todos estamos poniendo lo mejor para que salga una gran película. Y teniendo en cuenta el bajo presupuesto, mucho más.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

La posada de los gatos mutilados

¡Qué leeeeeendo!


La casa se encuentra a dos cuadras de la estación de Burzaco. Posee una arquitectura de antaño. En algunos sectores se ve derruida, y está rodeada de abundante vegetación que se agita con el viento nocturno.
El contexto ideal para cualquier película de terror gótico.
A los pocos segundos de tocar el timbre, la puerta de doble hoja de abre y aparece una silueta. ¿Vincent Price? ¿Peter Cushing? ¿Christopher Lee, tal vez? Ninguno de ellos: Ricardo, el tío de Laurita.
Es que, con mucho acierto, en aquella residencia se filmaron las más truculentas escenas de Recortadas.
Al entrar, pueden apreciarse muebles y habitaciones antiguos, pero muy elegantes. Predominan tonos marrones y luces amarillentas de lámparas antañosas. No será la Casa Usher del cuento de Poe, pero la sigue de cerca.
“Hace treinta años que vivo acá”, cuenta Ricardo, tras chupar el primer mate. “Antes vivía cerca”. Pero ya de muy joven frecuentaba su actual vivienda. De hecho, ¡funcionaba como el colegio al que el señor asistía! No sabemos si el pequeño Ricardo era un nerd o algo así, pero terminar viviendo en la escuela resulta bastante llamativo.
Entre mate y mate, Ricardo hace una importante aclaración: “Acá viven perros, gatos... y yo”.
En efecto, por el fondo de la casa pululan dos perras, que, cual zombies hambrientos, intentan empujarla puerta para hacer de las suyas dentro de la morada.
“Entre los perros y los gatos”, dice Ricardo, “prefiero a los gatos. Les ponés un poco de balanceado y listo. Pero a los perros les tenés que andar encima”.
Si se trata de los pequeños felinos, el lugar parece estar repleto de ellos, y de todos los tamaños y colores. (Ricardo pasó de ser Vincent Price a Gerardo Sofovich). A la vista sólo hay dos o tres michifuces —uno demasiado molesto pero igual de bonito que los demás—, pero muchos andan ahí afuera, entre los árboles, provocando con sus movimientos ruidos fantasmagóricos.
En el transcurso de la estancia en aquel caserón, uno puede toparse con dos gatos bien extraños. Son gorditos, peluditos, de pelaje amarillo... pero con el hocico cercenado. Andan de un lado a otro con una parte de su cuerpo en carne viva.
¡Y sí, el estremecimiento es inevitable!

martes, 13 de noviembre de 2007

Reportaje: Javier Pedersoli

Javier. ¿O debería decir Gonzalo?


Es argentino, pero vivió mucho tiempo en México —¡donde hasta fue dirigido por Alejandro González Iñárritu!—. Conozcan al actor que interpreta a Gonzalo, uno de los personajes más particulares de Recortadas.

¿Cómo llegás a la película?
Sebastián (De Caro) fue a ver una obra de teatro donde yo estaba. Bueno, me imagino que le debe haber gustado mi trabajo. Después hice el casting, y ahí el pensó que yo era el indicado para el personaje que estoy haciendo.

¿Qué podés contarnos de tu personaje?
Es un personaje muy lindo para hacer porque a mí como actor me permite jugar mucho. Por supuesto que es un personaje con el que me gustaría cruzarme (risas). Pero, bueno, probablemente uno conozca gente de esta talla y no sepa que tiene una vida tan oscura. Además, me parece que este personaje está muy bien delineado, muy claro, y Sebastián lo tiene muy justo. Me parece que hicimos una linda composición.

¿Sos fanático del género terror y suspenso?
No tanto. Tuve mi época de ver películas de terror, y debo aceptar que era bastante miedoso. Por ahí lo sigo siendo y no lo sé. Pero también yo era el que decía: “Ese va a morir”, y moría, y entonces uno no sufría tanto (risas). Igual, me he pegado sus buenos julepes. Últimamente vi la película La habitación del niño, de Álex de la Iglesia. Con esa me cagué bastante.

¿Qué podemos esperar de Recortadas?
Podemos esperar un gran viaje. Por lo menos, eso sentí cuando leí el guión. Será un gran viaje que uno hace con las protagonistas, que pasan por varias peripecias. Y, en el medio, personajes muy atípicos, con los que no te cruzás todos los días. Una película que no va a dejar ni un momento de que uno pierda el interés por ver lo que viene.


lunes, 12 de noviembre de 2007

Millonarios por un día

Los Millonarios. Kuklin, a la izquierda. Vay, en el centro a la derecha.


Algunos de los actores que en Recortadas interpretan a los enigmáticos Millonarios nos contaron algunas cosas.

Arnaldo Kuklin (Millonario Altillo)

¿Cómo llegó a Recortadas?
Yo empecé como actor cuando tenía 12 años. Le puse un corazón de fantasía al hijo de Marcos Zucker (Nota del Entrevistador: está hablando de una puesta de Pinocho). Luego hice más obras, publicidad (sobre todo para el exterior, porque habló otros idiomas). Viví dos años en Brasil... En cuanto a Recortadas, fui al casting que se realizó en el Centro, y me llamaron para hacer la película.

¿Es fanático de las películas de terror y suspenso?
Me encantan. La que más me gustaba era la serie Dimensión desconocida. También lo que hacía Narciso Ibáñez Menta, como El hombre que volvió de la muerte.

¿Vio la nueva versión de El hombre...?
No, no la vi. Sólo vi la original.

¿Qué podemos esperar de Recortadas?
Va a ser algo fabuloso. Pienso que va a tener un éxito importante. Esperemos que así sea.

Horacio Vay (Millonario Yoguista)

¿Cómo llegaste a Recortadas?
Yo estoy trabajando con Susana Jiménez en Telefe, y un compañero de elenco me dijo que había un casting en San Telmo. Fui, y noté que justo eran los antiguos teatros de San Telmo, en donde en 1985 debuté con una obra sobre el clan Borgia, con Pepe Cibrián. Mi primer obra de teatro la hice en el mismo lugar donde se realizó el casting de Recortadas, cosa que me trajo muchos recuerdos. Me sentí muy bien en el casting. Fue un casting con mucho humor. Cuando salí, sentí que había quedado. Y mi compañero, el que me aviso y también fue, no quedó.
Me copó el proyecto. Me probaron para el rol de Pompeyo, y aunque no di para ese papel, igual quedé dentro de la película. Aparte, a Sebastián lo vengo siguiendo por la radio y me interesa su manera de ver el cine.

¿Qué podés contarme de tu personaje?
Los Millonarios son un club de gente con gustos un poco raros. Son gente muy rebuscada con sus gustos excéntricos. Muestran a la sociedad una cara, y después, detrás, tienen otra. (imitando a Narciso Ibáñez Menta) Tenemos dos caras como El Pulpo Negro.

¿Qué podemos esperar de Recortadas?
Yo creo que va a estar bueno. Me gusta este tipo de cine. Soy fan del cine bizarro y de las cosas retro... Me gustan, y me gusta la mirada de De Caro. Además, el elenco está bueno. Y creo que va andar muy bien.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Good influence

A la hora de hacer Recortadas, Sebastián De Caro tuvo varias influencias. Les contamos cuáles son algunas de ellas.



Noche de Brujas (Halloween, 1978)



La película fundacional del subgénero slasher (asesino-enmascarado-con-cuchillo), la que puso a John Carpenter en el mapa de los grandes directores.
En una noche de Halloween, el pequeño Michael Myers, disfrazado de payasito, decide hacer algo diferente a pedir golosinas casa por casa: asesina a su hermana mayor a cuchillazos limpios. Como corresponde, el muchachito termina en un hospital para enfermos mentales. Pero años más tarde, y también para Halloween, se escapa y vuelve a sus pagos, en busca de Laurie (Jaime Lee Curtis, en su debut cinematográfico). En el camino, Michael —ahora con una inolvidable máscara blanca— deja unos cuantos cadáveres, en especial adolescentes libidinosos. El Dr. Sam Loomis (Donald Pleasence), su otrora psiquiatra, intentará detenerlo.
Los encantos del film son miles: la capacidad de Carpenter para crear suspenso, mayormente por la inquietante musiquita compuesta por él mismo; las impredecibles apariciones del Michale adulto (The shape, como figura en los créditos) y el aterrador final.
Noche... se filmó con un presupuesto de 300.000 dólares y recaudó millones, convirtiéndose durante mucho tiempo en la producción independiente más redituable de la historia. También originó siete secuelas, una estupenda remake a cargo de Rob Zombie, e imitadores en cantidades industriales, como Martes 13 y...


Noche de Graduación (Prom Night, 1980)

Un slasher poco recordado pero muy influyente es esta producción hecha en Canadá. En un colegio abandonado, varios niños comienzan a jugar un juego muy cruel. De hecho, una de las nenitas cae por una ventana y aterriza sobre una superficie de cristales. Perturbados por el accidente, el resto de los chicos decide mantener en secreto lo sucedido. Pasan los años. Ya adolescentes a punto de graduarse, aquellos mismo chicos (entre ellos, Jaime Lee Curtis, que en ese tiempo era una auténtica Scream Queen) comienzan a recibir extraños llamados. Es alguien del pasado, alguien conoce ese secreto que pretendían olvidar. Y justo en la fiesta de graduación, entrará en acción.
A diferencia de Halloween, Noche de Graduación es básicamente un whodunit (subgénero de “¿Quién es el culpable?”), ya que recién sobre el final de la película conocemos la identidad del asesino. Hasta entonces, hay un sinfín de sospechosos, entre ellos, el director del colegio (Leslie Nielsen) también padre de la niña muerta.En definitiva, un clásico para redescubrir.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Rolando Dumas, actor


Entre los actores que interpretan a los millonarios está este señor que supo actuar junto a figuras como Niní Marshall, Lolita Torres y con la diva rubia de los ’50 Mamie Van Doren en la película que filmó en nuestras pampas. Los invito a conocerlo mejor.

Rolando Dumas llega las 17 hs. puntual. Tiene sus años, pero conserva la presencia y el buen humor. En el salón donde más tarde se filmarán sus escenas, mientras revuelve el té que acaban de servirle, se despacha con la siguientes frases: “Yo actué en El camino del gaucho. Actué con Niní Marshall, con Mamie Van Doren, con Lolita Torres. Actué en Hollywood”.
¡Espere, espere! ¿Estuvo en el western El camino del gaucho, la película de 1952 que el gran Jacques Tourner dirigió en Argentina?
“Así es”, dice, y cuenta anécdotas del rodaje y pasa detalles de la fuerte ética laboral de los técnicos norteamericanos. “Si te citaban a las 09:53, y llegabas un minuto tarde, se pudría todo”. Y Agrega: “En el salón del hotel donde nos hospedábamos, anotaban bien todo en un pizarrón gigante. Siempre sabíamos lo que había que hacer”.
¿Y cómo fue la experiencia de filmar con Mamie Van Doren en Una americana en Buenos Aires (1961)?
“Yo hacía de policía. Histérica, tremenda. Estaba filmando y de repente paraba y decía: (en inglés) ‘¡Tengo hambre!’. Se ponía a gritar como loca. Terminamos la primera toma, y había periodistas alrededor. Yo interpretaba a un policía. Ella me dice: ‘¡Qué bien lo hizo usted! ¿Hace mucho que es policía?’. Mirá si será maldita... Yo le dije: ‘Soy actor. Trabajé con Gene Tierney, con Rory Calhoun...’. ‘Ah, miré qué bien’. ‘Digamé: ¿qué le hizo en la nariz’ (Risas). ¡Casi me mata!”.
Además de codearse con gente de la Meca del cine, supo participar de la era dorada del cine argentino, cuando reinaban los estudios y el sistema de estrellas. Por aquellos tiempos supo hacer de hermano de Niní Marshall en una de las películas de la saga de Catita.
“Era un amor de mujer”, cuenta Rolando. “Super profesional, muy buena compañera. Qué sana para hacer chistes”.
¿Y Lolita Torres?
“Una genia. Amable, muy compañera. No se la podía besar, por contrato. El padre no permitía que la besara ningún galán. Uno solo la besó, porque el padre accedió a que la besara. Lolita era la estrella número uno de Rusia. Las películas argentinas más venidas a Rusia eran las de ella. En aquel tiempo se exportaban muchas películas argentinas”.
También rememora las épocas de la televisión en vivo. “Me daban el libreto, ¿correcto? Antes no había tape: ibas directamente al aire. Entonces agarrábamos un lápiz (se lo pone en la boca) y leíamos el libreto en voz alta, todo el tiempo. Eso te aflojaba la lengua, los músculos, para un correcto hablar”.
Rolando Dumas es una auténtica usina de anécdotas. Muchas quedaron afuera, pero no faltará oportunidad de reproducir algunas más. Valen la pena.

martes, 6 de noviembre de 2007

Una jornada muy especial

Sábado 3 de noviembre. Locación: Burzaco.
La jornada de hoy es muy especial, ya que se filmarán escenas del final de la película. Contarles de qué tratan sería un crimen, por lo que sólo me limitaré a dar algunos detalles no muy reveladores de la historia.
El equipo llega a las 16 y minutos, y en seguida se pone manos a la obra. Desde De Caro (con remera de la película 300 y todo), hasta Daniela, la claquetista, todos son conscientes de la importancia y la complejidad de los planos a rodar.
Flor Molinari, la vestuarista, no pudo venir. Su reemplazo: Flora, la asistente de Laura, quien se pone a planchar camisas y pantalones de vestir.
En el patio de la casa, en medio de abundante vegetación, Gonzalo y novia, la pareja de Studio FX, preparan un falso piso de madera para un tiroteo, y parte de un torso de maniquí que simulará uno humano.


Llegan los actores: Mariana, Noelia y Javi Pedersoli. Les espera un arduo trabajo (para Javi, en más de un sentido). Nancy comienza a maquillarlos uno por uno.
Sebastián Fernández, el chico a cargo del site de la peli, llega bien acompañado de Nadia, una amiga suya armada con una Nikon envidiable. No pierde tiempo, la muchachita: enseguida saca varias fotos, en parte por las molestas indicaciones de un servidor.

18:56.
Siguen los preparativos. Arte y Foto no dan abasto. Aun no anochece. Apenas salga un poco de luz, se arrancará a filmar. Por lo menos, así lo desea en voz alta Javi Facciuto.
Van llegando los actores que interpretarán a los Millonarios. No, no encarnarán a jugadores o hinchas de River, sino a tipos poderosos con no pocos secretos.
En la habitación donde se encuentra el piano, Mariana lee un libro sobre los subversivos durante la dictadura. “Es para otro proyecto”, aclara.

19 y minutos.
Gonzalo y su chica preparan otro elemento fundamental para la escena: varias jeringas cargadas con sangre falsa.
¡Tiembla la producción! Dos de las escenas a filmarse horas más tarde requieren un violinista, pero nadie del equipo pudo conseguir uno. Al toque llegó la solución: Rolando, el más veterano de los Millonarios, sabe tocarlo. (un flor de personaje, Rolando; se viene un post dedicado solamente a él).




19: 45.
Se ruedo el primer plano del día, correspondiente a la Escena 64. Al respecto, sólo puedo contar que involucra a Pedersoli. De Caro controla todo por el monitor. Entre toma y toma, y por algún extraño motivo, Caserta, el productor ejecutivo, canta temas de Ricardo Montaner. En un costado, Diego Gabriel Fernández, el continuista, se muestra atento y anota todo (¡Viste que al final te nombré, Diego!).
Tras varias retomas, el plano queda hecho.
Se inician los preparativos para los planos siguientes. Nancy le retoca el maquillaje a los actores. Algunos aprovechan para ver los diarios de producción en una laptop cercana.
Llega Alejandro Zanga, el actor que le pone la piel a Pompeyo, uno de los personajes fundamentales de Recortadas. Curiosamente, por ser pelado y alto, al señor suele confundírselo con el actor y director under Pompeyo Audivert. He aquí una de sus jugosas anécdotas: “Una noche fui a ver a los Les Luthiers al teatro. Cuando terminó el show, fui al camarín a saludar a uno de ellos, porque habíamos trabajado juntos. Pero aparecieron los otros y me saludaron efusivamente, me llamaron ‘Maestro’...(forma una U invertida con la boca). Yo no entendía nada”.

20:51.
Vamos con la siguiente escena, en la misma habitación que hace un momento. Es una de las escenas más complejas de toda la película, ya que incluye una violación. Me limitaré a decir que el victimario es Javi Pedersoli (mejor dicho, Gonzalo, su personaje). Mientras simula fornicar a su víctima, grita “¡CALDO! ¡¡CALDOO!! ¡¡¡CAAALDOOO!!!” y la frase “¡POLLO HÚMEDO!”. ¿Por qué grita eso? “Porque suena perverso”, explica De Caro, sin inmutarse, frente al monitor.
Otros planos, igual de terroríficos, nos muestran la cara de sufrimiento de la víctima. Imágenes que bien podrían servir como póster de Recortadas.
Llegan los miembros restantes del equipo: Checha y sus valijas (no, no lo echaron de la casa, sino que trae micrófonos y consolas). Además, entran Mariano Espinosa, responsable del backstage, y Diego, quien editará la peli y hoy le toca interpretar a uno de los Millonarios.


Se retoma la filmación. Tras varias tomas, la actuación de Noelia no termina de convencer, por lo que De Caro pide que la mayoría se aparte del monitor. La toma por fin de liquida.
En el comedor, los Millonarios y la pareja de los FX ríen de los gritos y jadeos de Javi.

Más tarde, tipo 23:00.
Se rueda un plano en el que Noelia (o Laly) es llevada al límite. Entre una toma y otra, De Caro da indicaciones. Sabe que debe quedar lo mejor posible. “Hay menos raccord que en una de Godard, papi”, admite. ¿Eso será bueno o malo?
Llega la medianoche, y también el momento de cenar hamburguesas a la parrilla. Muy ricas. Todos comen más de una. Quien redacta estas líneas sólo come dos porque debe cuidarse.
Un rato después, al tiempo que se finiquitan planos de otra escena en la misma habitación, comienzan los preparativos para las escenas con los Millonarios, que transcurrirán en un salón junto a la puerta de entrada de la casa. Marina, la directora de arte, se encarga del asunto. Una auténtica cowgirl.
Pero los planos —que requieren apuñalamientos con jeringas— demoran bastante. Pasan los minutos, las horas... Hay un clima de cansancio y un creciente malhumor en el grupo. Antes de ubicarse frente al monitor, De Caro tira una copia del guión. “No te calentés”, le dice Mauro, el cámara.
Daniela se queda dormida en un sillón del Salón. Una ojerosa y exhausta Laurita anuncia que se irá a dormir media hora.

02:10.
¡Se terminaron de filmar las escenas!
Pese al cansancio, el equipo sigue adelante. Ahora sí, a preparar el Salón para las escenas de los Millonarios. Javi Facciuto debe hacer de uno de ellos, por lo que se viste de traje y se afeita. Queda igualito a Moby.
Caserta y Horacio, el Millonario Yoguista (¿?) cantan tangos y temas de Cacho Castaña y Nino Bravo: “NOELIA NOELIA NOELIA NOELIA NOELIAAA!”. Reviven la alegría y el entusiasmo del grupo. De Caro y otros hacen chistes con el apellido de Javi Facciuto: “¡Che, fumate un Facciuto!”, etc. Caserta y Mariano jugan a 100 % Lucha: el culpable del back levanta al productor, quien empieza a gritar: “¡Ya está, ya está!”.
Los millonarios se ubican en el salón. Nacho y Noelia Oliva terminan de colocar las luces.
A eso de las 03:30, un servidor debe partir con Sebastián Fernández y con Nadia, ya que los tres vamos para la zona Sur. Aunque no podré ver cómo quedan las escenas con los Millonarios, seguro que todo irá de maravilla.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Minirrepo: Laura Pisello


En una película es importantísimo contar con un jefe (o jefa) de producción. Tal es el rol que cumple en Recortadas “Laurita” Pisello, quien se prestó para este mini reportaje.

¿Cómo llegás a Recortadas?
Soy amiga de Sebas (De Caro) desde hace mucho. A principios de este año surgió el proyecto de Chak Films, como productora, y originalmente yo iba a estar en la película como asistente de dirección. Pero después devine en jefa de producción. Sebas me invitó a la película y dije que sí en treinta segundos. Tengo muchas ganas de hacer esta peli.

¿Sos fanática del género de terror?
Soy muy fanática del género. Me gusta mucho... pero no puedo mirarlo sola. Verla sola de noche todavía me asusta. Para que te des una idea, hace poco vi el teaser de Recortadas y me asustó. De chiquita vi todas las películas habidas y por haber. Me encanta el concepto de gente que va a un lugar pensando que la pasarán bomba, y terminan pasándola para el orto.

¿Cómo ves el panorama del cine under local,con productoras independientes como Farsa y Paura Flics, entre otras?
Estoy contenta porque están poniendo mucha garra, muchas pilas con escasos recursos, y están demostrando que se puede hacer cine con muy poco. En el escenario del cine nacional actual, si no estás con el INCAA, no podés filmar. Las películas cuestan dinero, por eso es muy positivo que haya gente dispuesta a arriesgarse.
Yo creo que los grandes movimientos artísticos de la historia funcionaron así. Empezó alguien con muy poco. Todo el mundo pensó que estaba loco, pero al final termina siendo el pionero. Y es una cosa que es linda de hacer, pero muy complicada de bancar desde todo punto de vista: económico, laboral, emocional. Y está bueno que haya gente que lo esté haciendo.

¿Qué podemos esperar de Recortadas?
Creo que es muy original, sobre todo para lo que es el cine argentino. Tenemos ganas de empezar un género nuevo.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Zapadas, pizzas y rodajes

Viernes 24 de octubre.
Está noche toca filmar en la casa de Ricardo, el tío de Laura. Si bien me explayaré en el tema en un futuro post, les adelanto que es un lugar perfecto para filmar todas las películas de terror posibles.
El equipo debía llegar a la locación a las 20:00. Problemas con el tránsito hicieron que se atrasaran un poco. Quienes vienen en auto un otros vehículos traen elementos más pesados y delicados, como el generador, las luces y otras cosas de producción... y no tanto: Javi, el asistente de dirección, llega con dos botellas de cerveza Guinness. “Me las regalaron”, se ataja.
El equipo comienza a preparar la puesta de la escena de turno, que se ubicara en la cocina. La idea es convertirla en un laboratorio, con frascos, radiografías, cajitas de remedios y demases.
De Caro le explica a los directores de fotografía cómo quiere la iluminación. Luego se va a charlar con una amiga suya, que es asistente de Julio Chávez. No participa en la película, sólo vino a presenciar el rodaje.

21:03.
Llegan los actores: Mariana y Noelia, las dos protagonistas; Aluminé, una actriz que hará de cadáver, y Javier Pedersoli, quien interpreta a uno de los habitantes del caserón. Un tipo simple, macanudo. Dice estar dolorido porque viene de hacer fierros.


Mientras la gente de arte y de foto continúan con los preparativos, Nancy se pone a maquillar a los actores, empezando por Mariana. En la habitación adyacente, sentados a una mesa, De Caro y otros juegan al Chancho Va. “¡Chanchooooo va!”.
César —“Checha” pa’ el equipo—, el sonidista, prepara micrófonos y consolas.
Los técnicos entran y salen por una puerta que conduce al fondo de la casa, lugar donde, entre otras cosas, se encuentra el generador. Dos perras tratan de entrar, por lo que es necesario dejar la puerta bien cerrada. Laura se ve forzada a colocar un cartelito que reza: “POR FAVOR, AL CERRAR LA PUERTA CÓPESE Y DELE UN EMPUJÓN (ASÍ NO ENTRAN LAS PERRAS). GRACIAS. RECORTADAS”.
El Chancho Va trae consecuencias extrañas: por una apuesta, De Caro y Caserta deben darse un pico. “Para no quedar gay”, el director pide besar a una chica inmediatamente. Caserta se resistió al principio, pero el pico se consumó en medio del griterío y las risas del equipo.

22 y minutos, casi las 23:00.
Momentos Kodak de Recortadas:

-Checha tocando el piano y Caserta acompañándolo con una guitarra de cuerdas rotas, en una memorable interpretación de “Hey Jude”, obviamente de Los Beatles.



-Nancy maquillando a la actriz que hará de cadáver.

-Laura, sola, acostada en una habitación apenas iluminada, mirando fotos.

-Sebastián Fernández, el muchacho a cargo del site de la peli, leyendo Doméstico, el comic guionado por De Caro.

-En el fondo, un grupo reducido prepara pizzas a la parrilla (¿?).De Caro da vueltas por ahí, junto a las actrices.

-Mauro limpia la cámara y la prueba.

-Flor Molinari y otras chicas se prueban una peluca similar al pelo de Johnny Lydon, el otrora cantante (mejor dicho, “cantante”) de los Sex Pistols.

-Javier P., ya caracterizado como su personaje, sentado en una mecedora.

-Javi discute la escena con Diego Fernández, el asistente y continuista.

-Mauro se acerca a las chicas de la peluca y pregunta: “¿Cuándo arrancamos?”


Casi medianoche.
Antes de filmar, ¡a comer pizzas y beber gaseosas! Una oportunidad genial para que los técnicos descansen un poco y un servidor los conozca más. En cuanto a las pizzas, crocantes y muy ricas.

00:30.
Arrancamos.
Los primeros cuatro planos se finiquitan enseguida. En un momento, De Caro le da indicaciones a Javier: “Más lascivo. El pibe está caliente”. Y, por algún motivo, el director no deja de decir: “Eva Perón: quien quiera oír, que oiga”.
Uno de los planos de esa tanda involucra un revolver. En realidad, se trata de una réplica con balas de salva. ¡Pero que auténtico parece!
Los siguientes planos se filman a puertas cerradas para la mayoría del equipo, ya que requiere del desnudo de las actrices. Para preservar la intimidad, De Caro decide que haya la menor cantidad de gente posible en el set. Marina, la directora de arte, se molesta por la decisión, pero Laura la convence de quedarse para desarmar la puesta.

Pasadas las 03:00, termina la jornada de rodaje. Se inicia el proceso de desarmado de la puerta. El equipo se ve exhausto, pero contento.
Mañana sábado toca otra jornada, pero quien redacta estas líneas no podrá presenciarlo. Temas personales que no incuben a los lectores. Entre otras cosas, deberé pensar a quién votar el domingo. Estoy tan confundido como los demás. (igual, como se caía de maduro, ganó Cristina).

jueves, 1 de noviembre de 2007

Minirrepo: Luis “Rulo” Margani


El mundo del cine lo conoció por su protagónico en la multipremiada película Mundo Grúa. Con ustedes, un hombre sencillo, auténtico, simpático, y la mejor persona para entrevistar.

¿Cómo llegás a Recortadas?
Juan Pablo Caserta (el productor ejecutivo) me dijo del proyecto. Ya estaba todo organizado. A De Caro no lo conocía, pero escuché hablar mucho de él, de su programa en la radio. Caserta me invitó a tener una participación en la película . Así que mi participación es chica, pero muy linda. Estoy muy contento con el papel que hago, que no se aleja mucho de mi vida real.

¿Es fanático del cine fantástico y de terror?
Me gustan todos los géneros: terror, drama, comedia, documentales, lo que venga.

¿Cómo es la vida post Mundo Grúa?
Es la misma porque nunca despegué los pies de la tierra. (mira al equipo) Deberías preguntarle a esta gente que me conoce, pero creo que no. Simplemente ahora soy más conocido. Antes me saludaba gente del barrio, y ahora, personas de todas partes del país. Y te digo más: gente de otras partes del mundo. La otra vez estaba en el Centro, y pasaba un coche y me saludó un español diciendo (imita el acento español): “Pues hombre, he visto tu película en España y mira dónde te voy a encontrar”. Me dio una alegría inmensa.
Para mí no es un trabajo más. Es un trabajo hecho con satisfacción, con alegría, con diversión. Si hay responsabilidad, pero no lo veo como un trabajo en una fábrica: ir todos los días al mismo horario, con la misma máquina... En cambio en el cine van cambiando los lugares, los personajes, la gente del rodaje... Eso te atrapa. A mí me atrapa mucho. Además, conocés gente nueva y podés hacer amistades.

¿Qué podemos esperar de Recortadas?
Lo mejor. Estoy convencido. Es muy lindo el equipo. Me gusta cómo dirige de Caro. Cómo le habla a los actores, cómo les explica, las correcciones que hace. Hay un montón de factores en una película: todo depende del director, de cómo cuente la historia, de los actores, del equipo, de la publicidad... Yo le tengo mucha fe a Recortadas.